Hermosas y desconocidas pajas por cam

Después de mi primera paja cam con el niño que conté en un post anterior, quedé muy perseguido.

Justo al acabar entra mi abuela a la pieza y yo con ojos de huevo frito intento hacerme el que se levantó recién. Es vieja pero no hueona, dice que no dirá que me quedé jugando en el pc toda la noche cuando lleguen los otros del viaje, no dijo nada más y se fue. (Salvao, no sintió el olor).

Me fui a dormir y cuando desperté quería más paja, más cam, más tulas acabando frente a mí.

Empecé a darle mi msn a cuanto hueón me lo pedía en el chat. A mis 17 años la libido era suprema, acababa con un mino y a los minutos seguía con otro. En ocasiones algunos se iban rápido, por lo que buscaba al siguiente y terminaba con él. Reconozco que me pajeaba generalmente con hombres porque encontrar minas en chats era como sacarse el Loto, así que mi msn tenía unos cien picos dispuestos a estornudar por mí. 

Era tan pendejo que hasta me sentía sensual y deseado. Empecé a ser más selectivo, onda, puros minos de mi edad entre 17 y 20. Es que me encontré con varias tulas veteranas y ya, te creo un rato para ver qué onda, si tienen los pendejos blancos o para ver si los cocos se arrugan más. Me calentaban los morenos, porque blancos hay por todos lados, pero una tulita oscura, no tan peluda, era perfecta.

Con tanta paja, al final se iban repitiendo, entonces decidí ponerme en plan de conseguir nuevos  homo erectus para saciar mi curiosidad. Me saqué fotos provocativas para el msn y las ponía cuando andaba caliente, así que el que entendía... entendía.

A veces ni siquiera tenía que hacer el largo proceso para llegar a insinuarme y proponer una pajita, si no que era “hola, cam? Y listo.

Me volví tan promiscuo virtual, pero pienso que es más sano que andarse culiando con cualquier persona. Si al final eran puras pajas, pero pajas varias.